jueves, 2 de enero de 2014

COMO UN CASTILLO DE NAIPES

Mucho es lo escrito sobre el Desastre de Annual (julio-agosto de 1921), ensayo y narrativa, sobre todo. La novelística se ha ceñido a presentar aspectos parciales de lo que allí sucedió (Abarrán, Igueribenm Sidi-Dris, etc.) y han dejado excepcionales muestras de ello. Ahora, Juan José Fernández Delgado nos presenta en Como un castillo de naipes. (El Desastre de Annual) una visión global del mayor desastre militar sufrido por el Ejército Español a lo largo de su dilatada historia, pues partiendo de las casi incruentas  ocupaciones del terreno rifeño por parte de las tropas españolas, ayudadas por la Policía indígena y gentes del país, da fidedigna cuenta de cómo se va construyendo un castillo de naipes mediante el levantamiento de frágiles e inconsistentes posiciones y blocaos. Pero, a partir de esta realidad histórica, el autor se adentra en discurrir cuartelero de los soldados, en sus temores y fatigas, en su incomprensión al no saber responderse qué hacen en esas tierras cuyos moradores quieren vivir ajenos al Majzen. Tampoco entendían estos soldados el papel protector de España, cuando en sus pueblos de tantas cosas carecían. Y entre el discurrir de estos sucesos históricos, en el que son evidentes las disensiones entre los mandos, y el vivir diario de los soldados, aparece el tema de las responsabilidades de la situación en que se encuentra el ejército protector: armas que ya hicieron la guerra de Cuba, duplicidad de altos mandos, nefasta aplicación de la labor de protectorado por falta de dinero, política de aplicación indecisa, permitir que la bahía de Alucemas se convirtiera en puerto armamentístico para Abd-el-Krim sin que el gobierno central se pronunciara, etc. Y ante él, el autor, sin pretender excluir al general Fernández Silvestre de sus grandes y graves responsabilidades, expone  las que corresponden a los políticos.

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